jueves, 4 de junio de 2020

¿Cómo reactivar la economía de la región Cajamarca post Covid-19?

Un hombre que piensa que la economía es solo una cuestión de complejidades numéricas olvida que es ella la que puede crear el inmensurable progreso o conducir a la auténtica calamidad. De ahí que la reactivación económica de la región Cajamarca debe abordarse con la suficiente responsabilidad y pericia para asegurar los resultados deseados.

En este post solo pretendo hilar algunos elementos clave que ayuden a comprender no solo un proceso de reactivación económica post Covid-19, sino de una reactivación real y efectiva que por años se viene desestimando.

Tener en cuenta los delirios del crecimiento

Reactivar la economía es impulsar el crecimiento económico. ¿Qué implica crecer? Significa incrementar el Producto Bruto Interno (PBI). En términos simples, el PBI es un indicador que mide la producción dentro de una región o país durante un periodo de tiempo, generalmente un año. Si el PBI crece de un periodo a otro significa que hay un crecimiento económico; pero si decrece hay una recesión económica. Sin embargo, el PBI sufre varias inconsistencias. Solo a manera de muestra, el PBI no contabiliza una serie de actividades informales, como el comercio ambulatorio, que es característico de nuestra economía regional y del país. Tampoco tiene en cuenta los costos de contaminación o efectos negativos de actividades que hacen daño a la sociedad. Sin embargo, por ejemplo, si hay más producción de drogas, armas de guerra, u operaciones de limpieza de relevantes mineros, el PIB crece.

Las incongruencias del PIB pueden aterrizar en delirios del crecimiento económico. Recuerdo un episodio desazonado, ocurrido en 2017, cuando un alto funcionario del BCR restregaba los bajos niveles de crecimiento económico regional. Con soltura y autoridad que su posición lo emanaba, afirmó que el sector lácteo había decrecido. Alguien de la audiencia no le creyó y le pidió que se explique. En respuesta, dijo que esto se debía porque una gran empresa (¡solo una, que era formal, y de la que se disponía de datos!) reportó menores ventas de quesos. Solo atiné a pensar: ¡¿Tanto dinero en sus sueldos… y para esto?! Pero así son los datos del PBI Cajamarca: fríos e incompletos. Si nos apañamos solo a mirar las cifras del PBI, y no la estructura y configuración del real funcionamiento de la economía, cualquier esfuerzo de mejora será miope. Además, el incremento del PBI no te asegura un aumento del desarrollo; pero el crecimiento es una condición necesaria. A corto plazo, en una reactivación, la idea es generar crecimiento, pero un crecimiento que luego conecte con el desarrollo.

Escanear el PBI regional

No podemos diseñar medidas de reactivación económica si se carece de una comprensión mínima de las fuerzas del crecimiento, ya sea desde los enfoques de la renta, la oferta, o la demanda. Centrémonos en este último. Impulsar la economía desde la demanda implica estimular el consumo privado, consumo público, inversión privada, inversión pública, y exportaciones. Estos son los motores o fuerzas de la economía, los cuales, con la actual pandemia, se han debilitado o dañado más de lo que ya estaban. El impulso de cualquiera de ellos reactiva la economía, resultando en un crecimiento del PBI. En el actual contexto, solo las exportaciones no es posible estimularlas a corto plazo. Aquí el reto es orientar esa producción al mercado interno.

Pero ¿qué motores prevalecen en nuestra economía? Los datos fríos indican que el consumo privado es el más importante, que representa más del 50% del PBI regional. El gasto público representa el 22%; la inversión privada, 10%; y la inversión pública, 9% del PBI. Por supuesto, esta composición es diferente en otras regionales y a nivel nacional. Todo indica que el foco está en estimular el consumo privado; sin embargo, esto no será posible sin impulsar los demás.

Incentivar las fuerzas del privado

Impulsar el consumo privado implica que la gente debe disponer de más dinero, y para lograrlo se requiere generar más empleos y/o incrementar los sueldos. Con esta crisis, la vía menos pantanosa está en los empleos. ¿Conocemos el tamaño, comportamiento, estructura y tipología de las empresas que generan empleo en nuestra región? ¿En qué condiciones los sectores más afectados pueden retomar el empleo? ¿Qué protocolos de seguridad y salud laboral se consideran en una estructura empresarial altamente heterogénea? Cerca del 90% de las empresas de la región son microempresas (de menos de 10 trabajadores) y cerca del 50% están conformadas por solo una persona. Estos datos tienen que interpretarse en compañía de datos sectoriales donde están los empleos, y hay que hacerlo desde una perspectiva territorial. Porque no es lo mismo impulsar el empleo en el sector agropecuario, que representa el 51% de la PEA ocupada y que está en gran medida en el ámbito rural, que el empleo de los sectores comercio y servicios, que representan el 24% del empleo y está en gran parte en la zona urbana. ¿Cómo aseguramos que los esfuerzos de promover el empleo sean efectivos en una economía regional donde la informalidad del 91% opaca a la economía formal del 9%?

El impulso del empleo nos empuja a enfocarse en la inversión privada. Esperar de la inversión extranjera no es factible por ahora; pero sí de las inversiones locales y nacional. Para esto, tenemos que dar señales y expectativas optimistas a los inversionistas, lo cual implica, como dijo John Keynes, despertar los “animal spirits” de los inversores y de quienes quieren invertir. Por ejemplo, si hay grandes inversiones, listas para empezar, hay que motivarlas para así generar un efecto arrastre y de complementariedad con las demás; si tenemos un sistema microfinanciero importante —que lo tenemos en la región— debemos ser capaces de apoyar el acceso al crédito de pequeños empresarios; si nos centramos en facilitar adecuadamente ciertos procesos administrativos de apertura y continuidad de un negocio, la inversión privada, sin duda, se moverá; incluso debemos ser capaces de diseñar mecanismos que ayuden a compensar con beneficios presentes pérdidas futuras de las inversiones, y así alentaremos a invertir hoy.

Asimismo, tenemos que entender que las implicancias de esta crisis son un tanto diferentes a una crisis política o social. En una crisis como esta, las señales que se envían importan para las inversiones, pero la necesidad implícita puede importar más. En una economía regional altamente informal, heterogénea y con mucho desempleo, la necesidad de generar ingresos puede impulsar una mayor creatividad, emprendimiento e innovación para generar ingresos. Ayudar a que esto suceda requiere crear las condiciones y entender las demandas institucionales y organizativas desde el aparato público. Es decir, necesitamos gobiernos emprendedores.

Alimentar las fuerzas de lo público

Un gobierno emprendedor, para reactivar la economía, no solo alienta el consumo e inversión privada, sino que es capaz de realizar una inversión pública inteligente, comprendiendo la dinámica de la estructura económica, las dinámicas de los mercados laborales locales, así como las dinámicas de los mercados informales. ¿Están preparados los gobiernos locales y regional desde esta óptica? En sus manos tienen los motores del consumo e inversión pública, aunque son limitados, ya que su capacidad de recursos depende del crecimiento económico. El consumo público es un motor importante del crecimiento económico regional. Pero este no es el camino; no podemos estar a expensas de más puestos públicos o subsidios del gobierno. De aquí que nos haga recordar al olvidado francés, pero brillante, Frédéric Bastiat, quien dijo: “Todos desean vivir a expensas del Estado, pero se olvidan que el Estado vive a expensas de todos”. 

El camino está en la inversión pública. Por un lado, es importante avanzar en las inversiones de mayor alcance y complementariedad. Por otro lado, la clave está en impulsar las inversiones en ámbitos que más encadenamientos y vínculos productivos y de consumo generan. Por ejemplo, dentro del sector agropecuario y agroindustrial, la atención prioritaria de varias cadenas productivas se convierte en estratégico, debido a su alta capacidad de generar empleos, rapidez del ciclo de producción y comercialización, y por su flexibilidad de reinvertir los ingresos. Dar una significativa amplitud a los procompites, por ejemplo, o acelerar los programas de compensaciones para la competitividad, o diseñar paquetes económicos para el emprendimiento, impactará efectivamente en la reactivación. Se trata, por tanto, de medidas urgentes, pero efectivas.  

Conformar la orquesta

La reactivación económica no es un laissez faire. Es un desafío interinstitucional liderada por el gobierno. Los gobiernos locales y regional deben tener la capacidad suficiente para dialogar y articular esfuerzos, generar ideas y diseñar políticas. Y uno de estos esfuerzos debe ser la conformación de al menos dos comisiones estratégicas: un comité interinstitucional, clave para el mapeo de los diferentes intereses de los diversos actores que intervienen en la economía regional; y una comisión de expertos independientes con trayectoria profesional, que asesore al gobierno en la elaboración de una estrategia regional para la reactivación económica.

En resumen, la reactivación económica no se producirá sola. Se requieren capacidades y esfuerzos estratégicos para hacerlo posible. De lo contrario, parafraseado a García Márquez, será una crónica latente de una peor crisis anunciada. 

Publicado en El Nuevo Diario, el jueves 06 de junio de 2020.

jueves, 25 de mayo de 2017

La pobreza en ciencia e investigación en Cajamarca

El Perú es una de las economías que ha venido experimentando un mayor crecimiento económico dentro del contexto Latinoamericano, gracias a un manejo equilibrado de las políticas macroeconómicas y de un entorno internacional favorable. Sin embargo, la desaceleración continua de la economía a partir del año 2011 hasta la actualidad muestra una clara debilidad, vulnerabilidad e insostenibilidad de su crecimiento. La economía peruana continúa siendo relativamente poco diversificada, con marcadas disparidades de ingreso y de empleo informal, y con niveles marginales de productividad respecto a otros países.

La diversificación económica hacia productos de mayor valor agregado, y el incremento de la productividad de la economía, han sido, y siguen siendo, los desafíos fundamentales para lograr una sostenibilidad del crecimiento y desarrollo del Perú, así como el camino para la inclusión e igualdad.

Innovación y tecnología como camino determinante

Orientar acciones y reasignar recursos hacia sectores o actividades intensivas en conocimiento, con mayor difusión de capacidades hacia el conjunto de la economía y que lideran el proceso de innovación y transferencia tecnológica, se tornan estrategias y políticas fundamentales para cumplir estos desafíos. De aquí que la ciencia, tecnología e innovación (CTI) se tome como aspectos determinantes para el desarrollo de un país.

La importancia de la CTI en la competitividad de los países es ampliamente reconocida y promovida por diversos países y organismos internacionales, como la OCDE, ONU, UNESCO, etc., puesto que no solo es un medio que permite alcanzar un crecimiento sostenible, sino que es una herramienta vital para lograr el desarrollo humano. Según un estudio del FMI, un incremento del 40% a nivel global de la inversión en investigación y desarrollo (I+D) podría elevar el PBI hasta un 8% a largo plazo a nivel mundial. Así mismo, en nuestro país, un reciente estudio del CONCYTEC determina que un aumento del 1% en innovación tecnológica a nivel de productos en el Perú, aumenta el PBI en 0.35%, y el empleo en 0.2%.

Pero lo más sorprendente de lo que es capaz de hacer la CTI en términos económicos, según CONCYTEC, es que “un gasto de un sol más en CTI eleva el PBI en 3.12 soles. Los estudios del BCR dicen que gastar un sol más en el gasto público (corriente y de capital) genera en el PBI alrededor de 1.12 soles; es decir, la efectividad de invertir en CTI es casi tres veces mayor”. Datos realmente interesantes.

El incipiente esfuerzo en I+D en el Perú

Pero ¿cuánto esfuerzo en términos de inversión hacemos en este campo? Hace unos días se publicó el I Censo Nacional de Investigación y Desarrollo a Centros de Investigación 2016. Según resultados del Censo, el Perú tiene un nivel de gasto en I+D que es 4 veces menor al promedio de la Alianza del Pacífico y 20 veces menor al promedio de los países de la OCDE. Y quedando claro que los factores que explican gran parte de esta realidad es la falta de recursos financieros para la implementación de proyectos de importancia y la escasez de capital humano calificado.

Visualizando más cifras, al año 2015 el gasto en I+D ha sido de 517.5 millones de soles, que representa el 0.8% del PBI, nivel muy por debajo de muchos países latinoamericanos. Este gasto está representado principalmente por institutos públicos de investigación (41.6%), seguido por universidades privadas sin fines de lucro (28%) y universidades públicas (15.7%). Lo curioso de este dato es que el 80% del gasto corresponde a gasto corriente (principalmente remuneraciones).

En esta misma línea, el gasto corriente en I+D se ha orientado en gran medida a investigación aplicada (66.5%), seguido por la investigación básica (26.2%) y quedando rezagada la participación en desarrollo tecnológico (7.3%). Hay que indicar que para elevar la productividad en la economía lo que se requiere es el desarrollo tecnológico; por supuesto sin quitar la importancia de la investigación básica y la aplicada.

Un aspecto adicional a todo esto es que el Perú contó con 3 mil 274 investigadores al año 2015. Esta cifra representa 0.2 investigadores por cada mil integrantes de la PEA, que en términos comparativos a nivel internacional es sumamente preocupante (América Latina y el Caribe: 1.3; OCDE: 12.7). Sin embargo, estos datos son mayores en 11% en comparación al año 2014. Estamos avanzando, aunque a paso muy lento.

Cajamarca, el niño que no hace la tarea de I+D

¿Y el rol que viene cumpliendo Cajamarca en el tema de I+D? Según dicho Censo, de los 517.5 millones gastados a nivel nacional en I+D, Cajamarca representa con solo el 0.5% (2.4 millones de soles) ¿Qué, no hay investigadores? ¿Y las universidades…? Al parecer, docentes de enseñanza hay en abundancia, pero que hagan investigación hay en escases: por cada 100 mil habitantes (PEA) hay un investigador. ¡Esto es realmente trágico y un escarnio a la ciencia e investigación!

Más datos. Hay tres universidades públicas en nuestra región que albergan importantes niveles presupuestales como para no quejarse en no hacer investigación: Universidad Nacional de Cajamarca (UNC), Universidad Nacional de Jaén (UNJ) y la Universidad Autónoma de Chota (UNACH) -sin considerar las privadas, que son varias, por falta de datos-. Ante esto, según el MEF, al año 2016, la UNC solamente como presupuesto de inversiones ha recibido 5 millones 171 mil soles, de los cuales ha ejecutado la decepcionante cifra de 157 mil soles, es decir el 0.3%; al presente año va por similar camino: de 1.9 millones disponibles va gastando al mes de mayo el 2.2%. Hay que considerar que, dentro de su gasto del presupuesto total, al año 2016, se refleja un gasto en investigación básica de 1.3 millones y 1,600 soles gastados en ciencia y tecnología.

Si colocamos la mirada a la UNJ, esta ha tenido nada menos que 70 millones 944 mil soles como presupuesto de inversiones al año 2016, de los cuales ha invertido tan solo 73 mil soles; es decir, el 0.1%. Peor comportamiento viene mostrando en este año dicha universidad: tiene 40.6 millones de soles y que al momento no ha invertido ni un sol (0% de avance). Quizá la UNACH se muestre más efectiva en esto: al 2016, de 26 millones 471 mil, el 30.6% ha sido ejecutado. Esta misma universidad, al año 2017, al mes de mayo, de 14.98 millones de presupuesto ya está con un avance del 39.1%.

Conclusión breve

Hacer ciencia e innovación amerita esfuerzos de preparación y acción, que conlleva tiempo y recursos. Invertir en jóvenes investigadores y personal experimentado en la línea es clave para asegurar avances sostenibles en dicho ámbito. Pero estos esfuerzos tienen que ser sinérgicos; es decir, trabajar bajo un modelo triple hélice: universidad, empresa y gobierno; solo así aseguraremos resultados de largo horizonte, alcance y virtuosos en bien del progreso y bienestar de nuestra sociedad.

Publicado en Diario Panorama Cajamarquino, el jueves 25 de mayo de 2017

miércoles, 3 de agosto de 2016

CAJAMARCA Y LAS EXPECTATIVAS DEL NUEVO GOBIERNO DEL PAÍS

«…Los sueños, sueños son», esbozó alguna vez Calderón de la Barca; y los sueños que tiene nuestro actual presidente de la república para nuestro país, Pedro Pablo Kuczynski Godard, no distan mucho también de ser sólo sueños. Pero «la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante…, y sólo hay que tratar de ver las señales que conlleven a él», dijo P. Coelho.

Siendo sinceros, son pocos los que creen hoy en los discursos presidenciales, más aun cuando hay claras evidencias de una ruptura ideológica y partidaria, una fragmentación de la democracia a nivel nacional y de la falta de consecuencia de lo que uno dice y hace. Sin embargo, a diferencia de los anteriores discursos presidenciales, el discurso de PPK lo he percibido como uno de los más probos, un discurso innovador y, sobre todo, con mucha esperanza e ilusión; pues ha sido un discurso con muchas expectativas para la nación.

¿Será capaz de cumplir con todas las expectativas anunciadas? ¿Quiénes esperan más de este gobierno? Definitivamente el departamento de Cajamarca es uno de los más golpeados del país; es el niño más pobre y vulnerable de la familia y necesita mucha más atención.

Qué implica los compromisos de PPK para Cajamarca

Seis fueron los compromisos marcados por Kuczynski que serán el estandarte de sus cinco años de gestión y que pretende cumplirlos al llegar al bicentenario del Perú; ¿qué implica esto para Cajamarca? Veámoslo.

En agua y desagüe. Según cifras de la ENAHO (2015), en el 2011 el 30% de la población cajamarquina no contaba con acceso a agua potable y el 60% con acceso a red de alcantarillado. Al año 2015, estas cifras se han reducido en 14% y 2%, respectivamente. Reducir estos niveles, durante el 2011-2015, ha implicado entre los tres niveles de gobierno una inversión total de 1.422,3 millones de soles, según datos del MEF. Entonces, ¿cuánto se necesita en términos presupuestales para cerrar las brechas de agua potable y desagüe en la región? ¿Cumplirá el compromiso PPK de llegar al término de su gestión donde todos cuenten con acceso a estos servicios básicos?

En Educación. Al último año 2015, el 23,4% y 31,6% de los estudiantes del nivel básico han logrado obtener una evaluación satisfactoria en comprensión matemática y comprensión lectora, respectivamente; resultados que aún se muestran muy por debajo del promedio nacional (MINEDU, 2016). Si bien los avances en la mejora de estos indicadores han sido loables, la brecha es aún muy prolongada y se agrava al encausar el problema del nivel de analfabetismo (13% en comparación al 6% a nivel nacional), el problema de acceso de estudiantes al servicio de educación sobre todo en el nivel secundario, donde cerca de 25 mil estudiantes no están matriculados–, así como las serias deficiencias en la calidad de infraestructura en los centros educativos –por ejemplo, más del 50% no cuentan con al menos dos servicios básicos–. Por supuesto, los niveles de inversión ejecutados durante el 2011-2015 para Cajamarca han sido importantes: 1.085,8 millones de soles entre los tres niveles de gobierno, pero se necesita mucho más que esto ¿Estará dispuesto PPK  a duplicar esta cifra al finalizar su gobierno?

En salud. La salud y la educación son las vías imprescindibles para aumentar la productividad, crecimiento económico y reducir la pobreza de todas las sociedades (Sachs, 2001). No hay duda que al incrementar el gasto en salud, los efectos en el capital humano son sorprendentes. Quizá de aquí el fehaciente interés de Kuczynski de eliminar la anemia y que todos tengan acceso al control de su salud al llegar al 2021. Hay que resaltar que a la fecha Cajamarca registra una tasa de 23,9% de desnutrición crónica en menores de 5 años, y una tasa de 37,3% de casos con prevalencia de anemia en niños entre 6 y 59 meses, según datos del Instituto Nacional de Salud (2015). ¿Qué se necesita de PPK para reducir al mínimo dichas cifras? Claro está: más money; al menos un nivel de inversión mayor en 50% al ejecutado durante los últimos cinco años, el cual ascendió a 291,4 millones de soles invertidos entre los gobiernos nacional, local y regional.

En infraestructura. Según el Plan Nacional de Infraestructura 2016-2025”, elaborado por la Universidad del Pacífico y la Asociación AFIN (2015), la brecha de infraestructura a nivel nacional a mediano plazo (2016-2020) es de 68 mil 815 millones de US$; y a largo plazo (2016-2025) es de 159 mil 549 millones de US$.  No hay cifras determinadas para Cajamarca en este estudio, empero, conociendo que es el cuarto departamento más poblado del país, que alberga los indicadores socioeconómicos más desmoralizados entre regiones…, la brecha de infraestructura sólo en el mediano plazo superaría los 7 mil millones de US$. ¿De dónde saldrán estos recursos, del turismo, agricultura, minería…?

En formalización. En los últimos 10 años la tasa promedio de ocupación ha estado representada en casi su totalidad por empresas de 1 a 10 trabajadores, es decir, alrededor del  92% de la población ha estado empleada en microempresas –caracterizadas por importantes restricciones de capital físico y humano-; sin embargo, la informalidad de estas es muy marcada. De acuerdo a un informe de Comex Perú (2011), Cajamarca registraba sólo el 4,2% de formalidad de las Mypes, y que a la fecha poco o nada se ha avanzado. La formalización que pretende emprender PPK no va por bajar impuestos, él lo sabe; es decir, la informalidad no se debe a problemas tributarios ni a problemas legales. Aquí hay una retahíla de acciones conjuntas a realizarse y que implica un largo recorrido; cinco años son insuficientes, pero son suficientes para sentar bases si tenemos en mano la brújula del desarrollo inclusivo.

En corrupción. La corrupción es una patología social de no acabar. Según cálculos de Proética (2016), al Perú los actos de corrupción le cuesta entre 3% y 5% del PIB nacional por año (34 mil millones de soles aprox.). Y Cajamarca no está exentada de esto; hemos visto casos serios de corrupción; además de las pugnas por entrar al poder con exorbitantes niveles de gastos en campañas (casos Bambamarca, Hualgayoc, Cajamarca, Baños del Inca, etc.) que son claras evidencias para preocuparse de estos actos. Aquí es clara la necesidad de un Estado fuerte, donde las instituciones funcionen; no más reglas sino más claras y  firmes. Reestructuremos el Poder judicial, limpiemos la Fiscalía y veremos los cambios.

¿Favorecerán las actuales condiciones económicas al nuevo gobierno?

Con el actual panorama económico no llegaremos a mucho: nuestra economía crece a un ritmo de 4% y que no es sostenible, explicado en gran parte por inversiones mineras que se agotarán en el corto plazo; el déficit fiscal (gastos menos ingresos) está en 3% del PIB y; la deuda pública y privada externa ha llegado al 33% del PIB. Reitero la interrogante: ¿de dónde saldrán los recursos para satisfacer tales necesidades? Si PPK persiste en cumplir, o tratar de cumplir, con los compromisos asumidos, no le queda otro camino que (i) incrementar el déficit fiscal a por lo menos 5% del PIB, es decir, endeudarse más para cubrir los gastos que pretende realizar y/o; (ii) se autorice el uso de del Fondo de Estabilización Fiscal-FEF (fondo administrado por el MEF, BCR y PCM, que sirve como un colchón de reserva ante ciclos económicos adversos), que asciende a 26 mil 947 millones de soles (4.1% del PIB nominal en dólares), lo cual lo veo muy complicado por la existencia de candados legales.

Por otro lado, el aparato productivo actual es primario exportador; y creer que los mayores recursos sean generados por actividades poco transables, menos industrial y de baja diversificación productiva, es caer en error y seguir siendo vulnerables con una economía sin fuentes internas consistentes. Es necesario entonces, que esta gestión inicie también un nuevo estilo de crecimiento económico basado en la diversificación productiva donde prime los sectores de mayor generación de valor agregado.

Conclusión breve

El Perú necesita no sólo medidas para 5 años que permitan reducir las brechas y cumplir con los compromisos socioeconómicos, sino medidas en favor del largo plazo. Sólo así entraremos a una senda de mejoras sociales y económicas sostenibles que tanto Cajamarca y el país lo «sueñan»

Publicado en el Diario Panorama Cajamarquino, el miércoles 03 de agosto de 2016.



sábado, 16 de enero de 2016

DOS COMUNAS RICAS EN RECURSOS PERO POBRES EN GESTIÓN

Mejorar las perspectivas de crecimiento económico, incrementando la inversión pública (un componente más de la demanda agregada), viene siendo la discusión y el llamado constante en el sector público. Los bajos niveles de inversión pública, en un contexto de necesidad de reactivación de la economía peruana, ha estado sujeto a serios debates y criticas durante el 2015. Si bien el presupuesto de inversión pública del último año ha sufrido una caída del 3% respecto al año anterior, el desempeño en su uso y gestión ha sufrido también un retroceso por los gobiernos subnacionales. Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la cantidad de recursos de inversión ejecutados por el gobierno nacional, local y regional fueron +24%, -19% y -4%, respectivamente, en relación al año 2014.

El desempeño de los gobiernos locales es reflejo de una mayor preocupación, tal como lo indican las cifras. Si nos remitimos al departamento de Cajamarca, en este mismo contexto de desempeño local, la situación muestra exacerbo: en el 2015 se invirtieron 681.2 millones de soles de un presupuesto de 1,024.5 millones, en comparación al 2014 que fueron 932. 2 millones de soles de 1,227.4 millones de presupuesto (es decir, 37% menos).

De alguna manera, estos niveles de inversión local de Cajamarca son explicados en buena parte por dos comunas, que vienen concentrando alrededor de la cuarta parte de todo el presupuesto de los gobiernos locales de la región: la Municipalidad Provincial de Cajamarca (MPC) y la Municipalidad Provincial de Hualgayoc-Bambamarca (MPHB). Veamos algunos datos relevantes.

La nueva comuna más rica de la región

La MPC hasta el año 2013 ha sido la comuna más rica de la región, en términos de recursos presupuestales de inversión. A la actualidad, la comuna que lidera este nivel de disponibilidad presupuestal es la MPHB, pasando la MPC al según lugar. Al año 2015, la MPHB ha recibido un presupuesto de inversiones que ascendió a 111.4 millones de nuevos soles, frente a la MPC que en el mismo periodo recibió 67.4 millones de soles. El  nuevo liderazgo de la MPHB se explica principalmente por los saldos de balance de recursos no usados en años anteriores, en su mayoría por concepto de regalías y canon minero, que al año 2015 representó el 81% del presupuesto total de inversiones.

¿Cuántos no han visto a la comuna Bambamarquina como la nueva “joya de la corona” de los políticos? ¿Cómo se está vigilando, y quiénes, a éstas comunas con ingentes recursos económicos? No olvidar que la falta de transparencia en la información en torno al uso y gestión de los recursos públicos es una de las causas exógenas que conduce a actos de corrupción dentro del gobierno.

Los niveles de inversión están en alarma

Si bien el 2015 ha sido año de acomodo a la dinámica de muchos gobernantes a la administración pública (cambio de autoridades subnacionales), no justifica en varios casos la ineficiencia e ineficacia en la gestión de recursos públicos. Más aún si cuentas con todos los recursos necesarios y las supuestas capacidades de gestión ofrecidas en campaña, refiriéndose concretamente, en este caso, a la MPC y la MPHB.

Lo particular de estas dos gestiones es que no sólo son las que cuentan con los más altos niveles presupuestales, sino también son las más ineficientes e ineficaces en el uso y gestión de los recursos. Las cifras del MEF determinan que, al primer año de gestión, la MPC ha ejecutado sólo el 34.3% de su presupuesto total de inversiones (es decir, 23.1 de 67.4 millones), ubicándolo en el ranking 113 de 127 municipalidades entre distritales y provinciales de la región, y en el puesto 11 de las 13 comunas provinciales. Similar situación es de la MPHB: sólo ha llegado a ejecutar el 37.7% de su presupuesto de inversiones a finales del 2015, situándose en el puesto 110 de las 127 comunas, y en el puesto 10 de las 13 provinciales.

La eficiencia y eficacia del uso de los recursos públicos son determinantes para el logro de mayores niveles de crecimiento económico, empleos dignos, reducción de pobreza y fortalecimiento de la legitimidad del Estado. Si estas comunas –y todas en general- no están en esta línea, el logro de estos objetivos del desarrollo económico, social e institucional sólo quedan en aspiraciones o en buenas intenciones.

Transporte y saneamiento son los más priorizados

La inversión pública es un componente esencial de la política económica, tanto por su nivel como por su eficiencia y efectividad. En otras palabras, la inversión pública se tiene que explicar en términos de asignación de los recursos, es decir, direccionar inversiones a sectores más prioritarios y urgentes definidos por el gobierno y la sociedad (eficiencia asignativa), así como la utilización de los recursos de la mejor manera y con la mayor cobertura, es decir, que se alcancen los mejores resultados (eficiencia operativa) ¿Las dos comunas en cuestión, muestran caminar en esta dirección? ¿Qué sectores se vienen priorizando?

Al año 2015, la MPC ha concentrado el 40% de su ejecución en el sector transporte, el 25%  cultura y deporte, y el 17% en saneamiento. Los principales proyectos representan a la creación y mejoramiento calles de la ciudad, mejoramiento de agua potable y letrinas en algunas localidades rurales, así como a la “sempiterna” ejecución del coliseo multiusos, que este año ha acumulado un gasto de 55.8 millones de soles (3.3 millones más en el 2015). En el caso de la MPHB, la inversión se ha orientado principalmente a los sectores de saneamiento (27%), educación (23%) y transporte (23%); aunque se rescata también la inversión hecha en el sector comercio (21%), representado por la construcción del mercado central de Bambamarca (de la gestión anterior), con una inversión de 8,6 millones realizadas en el 2015, y que sin esta inversión el monto de avance de ejecución de dicha comuna hubiese sido sólo del 30%.

Hay que repensar las rutas de intervención

¿Son estos los sectores y tipo de proyectos prioritarios que necesitan Cajamarca y Bambamarca para el empuje del desarrollo regional? Definitivamente necesitamos repensar las rutas de intervención. Una obligatoria es el desarrollo agrícola y desarrollo rural. Pues, C. Trivelli, en un post reciente (2016), enfatizó que si “logramos entender las dinámicas del medio rural y apoyar su desarrollo, tendremos una política productiva y una ruta de desarrollo sostenible… hay que conocer más de lo que pasa en el campo, de lo que ya hacen, ya tienen y quieren los pobladores rurales y sus familias”.  

No hay que olvidar que más del 65% de la PEA está en la zona rural, y el 56% de la PEA ocupada es agropecuaria. Y no es posible que en Hualgayoc-Bambamarca el sector agropecuario represente el 0,2%, ambiente 1.7%, pesca 0%, industria 0%, salud 1%. Similar situación muestra la MPC. En este marco, las comunas en mención tienen la decisión, y el deber de intervención.

Conclusión breve

La inversión pública es un instrumento esencial de política económica, por tanto necesitamos exigir efectividad. La vinculación entre objetivos y proyectos priorizados, crear una importante cartera de proyectos, presupuestar intervenciones de corto con relación al mediano plazo, y dar preeminencia a intervenciones con mayor rentabilidad social, nos conducirá a dicha efectividad. Sin duda, esto amerita contar no sólo con el liderazgo del gobernante, sino con cualificaciones adecuadas de sus recursos humanos.

Publicado en el Diario Panorama Cajamarquino, el sábado 16 de enero de 2016.

viernes, 27 de junio de 2014

¿POR QUÉ CAJAMARCA ES POBRE?



Las reciente cifra de pobreza para Cajamarca, publicada por el INEI, ha dado apertura a diferentes opiniones, siendo la mayoría metecas y perversas en el espacio político. Sin embargo, poco se ha vertido sobre el alcance real y el origen que tiene la misma.

Hay que entender que la metodología de cálculo de pobreza en nuestro país es la de líneas de pobreza monetaria, que es aceptada internacionalmente, pero es arbitraria (E. Ballón, 2014). Hay serias críticas a la metodología empleada; lo que da señales que debemos repensar respecto al método, y quizá tomar en cuenta lo planteado y analizado por Enrique Vásquez (2013), respecto a la pobreza multidimensional.

Pero más allá de la cifra en sí y de la metodología, debemos analizar los aspectos de la pobreza en Cajamarca, del porqué la persistencia.

Ruralidad y pobreza

Según el INEI (2014), la pobreza monetaria en el último año ha sido de 23.9% a nivel nacional; pero tenemos que visualizar que esta oculta profundas diferencias al interior del país. Es decir, la pobreza en zonas rurales (48%) difiere fuertemente de la zona urbana (16%), así como entre sierra (44.7%), selva (31.2%) y costa (15.7%). En efecto, la pobreza se ha ensañado con aquellos que viven en zona sierra rural del Perú.
Las siete regiones más pobres están en la sierra y contienen la población rural más alta. Cajamarca es una de ellas, registrando un 52.8% de su población en situación de pobreza monetaria y es considerada rural (67.3%). La relación pobreza-ruralidad se evidencia claramente. 

¿Por qué la pobreza se alberga en la zona rural? ¿Qué hace que este sector no mejore su situación? Quizá se explique con lo que R. Machado (2014) determina: “la trampa de exclusión”.

La trampa de exclusión

Machado considera que la trampa de exclusión está compuesta por (i) la baja productividad; (ii) microempresa; (iii) informalidad y; (iv) pobreza. Nos dice que son estos los factores que explican la dimensión crítica de la inequidad en nuestro país. Analicemos estos factores para el caso de Cajamarca y determinemos la dinámica.

Una de las principales actividades económicas de Cajamarca, en términos económicos, es la agropecuaria. Sin embargo, es considerada una actividad de baja productividad. Al año 2007, el valor agregado bruto (VAB) por trabajador fue de aproximadamente de 2,000 nuevos soles, uno de los más bajos, después del sector pesca que no es significativo en términos producto y empleo, entre los demás (W. Mendoza y J. Gallardo, 2011).

La reducida productividad del sector agropecuario resulta muy relevante al conocer que la actividad agropecuaria explica más del 20% del VAB regional y emplea a más del 56% de la población económicamente activa (PEA). Casi todo esto, está en zona rural.

Además, el VAB por trabajador de los sectores servicios, transportes y comunicaciones,  restaurantes y hoteles y comercio ha estado entre 5,500 y 7,400 nuevos soles. Estos niveles de productividad mostrados son inferiores a los de otras regiones del país.

Por otro lado, las cifras del empleo según tamaño de empresa, se muestra claramente en aquellas firmas más pequeñas. Según el INEI (2014), en los últimos casi 10 años la tasa promedio de ocupación ha estado representada en casi su totalidad por empresas de 1 a 10 trabajadores, es decir, el 86.6% de la población ha estado empleada en microempresas –donde conocemos que estos trabajadores no sólo tiene restricciones de capital físico sino también humano. Aunque no hay cifras para Cajamarca de cuánto de la población en situación de pobreza estaba empleada en microempresas, pero con toda seguridad supera el 90%.

Otro tema a determinar es el de la informalidad. De acuerdo a un informe de Comex Perú (2011), Cajamarca registraba sólo el 4.2% de formalidad de las Mypes, y que a la fecha poco o nada se ha avanzado en esto. Pues, la marcada economía informal en nuestra región conlleva también a aunar la situación de pobreza.

¿La trampa de exclusión? Claro que sí. Tener un vasto sector productivo con baja productividad, empleando a la mayor cantidad de PEA pobre, en microempresas que casi en su totalidad están en la economía informal, te genera un círculo vicioso que no te deja salir de la pobreza. Círculo que debe cortarse para que haya un crecimiento pro-pobre (para aunar en esto último, invito a revisar a P. Francke y J. Iguíñiz, 2006).

Inversión pública y pobreza

Un indicador clave de desarrollo es el nivel de productividad.  Pero cómo mejoramos dicho indicador, que es preocupante en Cajamarca, como lo indican las cifras líneas arriba. Aquí entra a tallar la importancia de la cantidad y calidad de inversión pública; pues esto permite reducir brechas socioeconómicas como mejoras en las condiciones de competitividad. ¿Acaso viene siendo insuficiente la intervención de los diferentes niveles de gobierno, para que se tenga la tasa más alta de pobreza? 

Según datos proporcionados por el MIM Cajamarca, así como del propio portal de transparencia económica del MEF, la inversión pública total en el departamento de Cajamarca, en el año 2007, fue de 363.4 millones de nuevos soles, pasando al año 2013 a cerca de 2,000 millones de soles; es decir casi seis veces más. Este nivel de inversión, sin considerar otros factores, ha logrado disminuir la pobreza monetaria en 15.6 puntos porcentuales. Es una cifra meritoria.  Sin embargo, es aún insuficiente y muchas veces ineficiente la forma cómo el Estado se hace presente en la población que lo necesita.

¿La pobreza es un tema institucional?

¿De quién depende para salir de la pobreza? ¿Cómo estimular la reducción de la pobreza en las áreas rurales y las perspectivas de desarrollo del sector agropecuario? En principio, incrementar la capacidad de los hogares rurales, para transformar sus actividades precarias en una estrategia de vida más remunerable, se tiene que disponer de activos físicos, humanos, financieros y sociales, o a lo que se conoce como la tenencia de un” portafolio de activos” (Jansen et ál. 2006). Y lograr esto es todo un reto, pero posible. Los pobres no tienen dichos activos. ¿Pero creerá que tener una mejor educación, salud, vías de comunicación, infraestructura productiva, acceso a créditos formales, saneamiento,…, (activos)  depende en mayor medida de un tema político?

Los economistas Daron Acemoglu y James A. Robinson, publicaron un extraordinario libro, en el año 2012, denominado “Por qué fracasan los países: los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza”. La publicación trata sobre las enormes diferencias en ingresos y nivel de vida que separan a los países ricos del mundo de aquellos que son pobres. Pero lo que ha revolucionado de este es que desbarata las tesis de muchos economistas e investigadores que dicen que la pobreza se debe a factores geográficos, o a temas culturales, o preparación de los gobernantes, etc. Para Daron y Robinson la pobreza es un tema institucional y que es una transformación política que se necesita para que una sociedad pobre pase a ser rica.

Ellos creen que los incentivos creados por las distintas instituciones por los diferentes países son la razón principal que explica las diferencias en prosperidad económica. Pues, por ejemplo, afirman que:

“La razón de que Estados Unidos sea mucho más rico que los demás es sencilla: se debe a las diferencias existentes entre las instituciones de ambos lados, que crean incentivos muy distintos para los habitantes. Es más rico que México y Perú debido a que sus instituciones, tanto económicas como políticas, determinan de forma distinta los incentivos para empresas, individuos y políticos… Cada sociedad funciona con una serie de reglas políticas y económicas creadas e impuestas por el Estado y los ciudadanos colectivamente. Las instituciones económicas dan forma a los incentivos económicos: los incentivos para recibir una educación, ahorrar, invertir, innovar y adaptar nuevas tecnologías, etc. Es el proceso político lo que determina bajo qué instituciones económicas se vivirá y son las instituciones políticas las que determinan cómo funciona este proceso”.

Conclusión breve 
 
No hay manera de salir de la pobreza si no se da reformas institucionales profundas y políticas públicas agresivas en beneficio de los sectores de salud, educación, agropecuario, etc., que al final esto dependerá, como lo afirman Daron y Robinson, de decisiones políticas. 



Referencias:

1.     D. Acemoglu y J. Robinson (2012). “Por qué fracasan los países: los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza”. New York.
2.     E. Ballón (2014). “La reducción de  la pobreza desde las regiones”. Artículo publicado en la revista actualidad económica del Perú, mayo 2014.
3.     E. Vásquez (2013). “Las políticas y programas sociales del gobierno de Ollanta Humala desde la perspectiva de la pobreza multidimensional”. Universidad del Pacífico. Lima-Perú.
4.     Instituto Nacional de Estadística e Informática- INEI (2014). Estadísticas de información regional para la toma de decisiones.
5.     Jansen et al. (2006). “El Enfoque de Portafolio de Activos”. Documento para el Banco Mundial.
6.     Mejorando la Inversión Municipal- MIM Cajamarca. Base de datos procesados y facilitados por el Equipo Técnico.
7.     Ministerio de Economía y Finazas- Portal de Transparencia Económica: Consulta de gasto diario, junio 2014.
8.     P. Francke y J. Iguíñiz (2006). “El crecimiento pro-pobre en el Perú”. Lima-Perú.
9.     R. Machado (2014). “Reducción de la pobreza y trampa de exclusión en el Perú”. Artículo publicado en la revista actualidad económica del Perú, mayo 2014.
10.  Sociedad de Comercio Exterior del Perú-COMEX PERU (2011): “Informe de formalidad de la mypes en el Perú”. Lima-Perú.
11.  W. Mendoza y J. Gallardo (2011). “Las barreras al crecimiento económico de Cajamarca”. CIES-JICA, Lima-Perú

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