El
Perú es una de las economías que ha venido experimentando un mayor crecimiento
económico dentro del contexto Latinoamericano, gracias a un manejo equilibrado
de las políticas macroeconómicas y de un entorno internacional favorable. Sin
embargo, la desaceleración continua de la economía a partir del año 2011 hasta
la actualidad muestra una clara debilidad, vulnerabilidad e
insostenibilidad de su crecimiento. La economía peruana continúa siendo
relativamente poco diversificada, con marcadas disparidades de ingreso y de
empleo informal, y con niveles marginales de productividad respecto a otros
países.
La
diversificación económica hacia productos de mayor valor agregado, y el
incremento de la productividad de la economía, han sido, y siguen siendo, los
desafíos fundamentales para lograr una sostenibilidad del crecimiento y
desarrollo del Perú, así como el camino para la inclusión e igualdad.
Innovación
y tecnología como camino determinante
Orientar
acciones y reasignar recursos hacia sectores o actividades intensivas en
conocimiento, con mayor difusión de capacidades hacia el conjunto de la
economía y que lideran el proceso de innovación y transferencia tecnológica, se
tornan estrategias y políticas fundamentales para cumplir estos desafíos. De
aquí que la ciencia, tecnología e innovación (CTI) se tome como aspectos
determinantes para el desarrollo de un país.
La
importancia de la CTI en la competitividad de los países es ampliamente reconocida
y promovida por diversos países y organismos internacionales, como la OCDE,
ONU, UNESCO, etc., puesto que no solo es un medio que permite alcanzar un
crecimiento sostenible, sino que es una herramienta vital para lograr el
desarrollo humano. Según
un estudio del FMI, un incremento del 40% a nivel global de la inversión en
investigación y desarrollo (I+D) podría elevar el PBI hasta un 8% a
largo plazo a nivel mundial. Así mismo, en nuestro país, un reciente estudio
del CONCYTEC determina que un aumento del 1% en innovación tecnológica a nivel
de productos en el Perú, aumenta el PBI en 0.35%, y el empleo en 0.2%.
Pero
lo más sorprendente de lo que es capaz de hacer la CTI en términos económicos,
según CONCYTEC, es que “un gasto de un sol más en CTI eleva
el PBI en 3.12 soles. Los estudios del BCR dicen que gastar
un sol más en el gasto público (corriente y de capital) genera en
el PBI alrededor de 1.12 soles; es decir, la efectividad de invertir
en CTI es casi tres veces mayor”. Datos realmente interesantes.
El
incipiente esfuerzo en I+D en el Perú
Pero
¿cuánto esfuerzo en términos de inversión hacemos en este campo? Hace unos días
se publicó el I Censo Nacional de Investigación y Desarrollo a Centros de
Investigación 2016. Según resultados del Censo, el Perú tiene un nivel de gasto
en I+D que es 4 veces menor al promedio de la Alianza del Pacífico y 20 veces
menor al promedio de los países de la OCDE. Y quedando claro que los factores
que explican gran parte de esta realidad es la falta de recursos financieros
para la implementación de proyectos de importancia y la escasez de capital
humano calificado.
Visualizando
más cifras, al año 2015 el gasto en I+D ha sido de 517.5 millones de soles, que
representa el 0.8% del PBI, nivel muy por debajo de muchos países
latinoamericanos. Este gasto está representado principalmente por institutos
públicos de investigación (41.6%), seguido por universidades privadas sin fines
de lucro (28%) y universidades públicas (15.7%). Lo curioso de este dato es que
el 80% del gasto corresponde a gasto corriente (principalmente remuneraciones).
En
esta misma línea, el gasto corriente en I+D se ha orientado en gran medida a
investigación aplicada (66.5%), seguido por la investigación básica (26.2%) y
quedando rezagada la participación en desarrollo tecnológico (7.3%). Hay que
indicar que para elevar la productividad en la economía lo que se requiere es
el desarrollo tecnológico; por supuesto sin quitar la importancia de la
investigación básica y la aplicada.
Un
aspecto adicional a todo esto es que el Perú contó con 3 mil 274 investigadores
al año 2015. Esta cifra representa 0.2 investigadores por cada mil integrantes
de la PEA, que en términos comparativos a nivel internacional es sumamente
preocupante (América Latina y el Caribe: 1.3; OCDE: 12.7). Sin embargo, estos
datos son mayores en 11% en comparación al año 2014. Estamos avanzando, aunque
a paso muy lento.
Cajamarca,
el niño que no hace la tarea de I+D
¿Y
el rol que viene cumpliendo Cajamarca en el tema de I+D? Según dicho Censo, de
los 517.5 millones gastados a nivel nacional en I+D, Cajamarca representa con
solo el 0.5% (2.4 millones de soles) ¿Qué, no hay investigadores? ¿Y las
universidades…? Al parecer, docentes de enseñanza hay en abundancia, pero que
hagan investigación hay en escases: por cada 100 mil habitantes (PEA) hay un
investigador. ¡Esto es realmente trágico y un escarnio a la ciencia e
investigación!
Más
datos. Hay tres universidades públicas en nuestra región que albergan
importantes niveles presupuestales como para no quejarse en no hacer
investigación: Universidad Nacional de Cajamarca (UNC), Universidad Nacional de
Jaén (UNJ) y la Universidad Autónoma de Chota (UNACH) -sin considerar las
privadas, que son varias, por falta de datos-. Ante esto, según el MEF, al año
2016, la UNC solamente como presupuesto de inversiones ha recibido 5 millones
171 mil soles, de los cuales ha ejecutado la decepcionante cifra de 157 mil
soles, es decir el 0.3%; al presente año va por similar camino: de 1.9 millones
disponibles va gastando al mes de mayo el 2.2%. Hay que considerar que, dentro
de su gasto del presupuesto total, al año 2016, se refleja un gasto en
investigación básica de 1.3 millones y 1,600 soles gastados en ciencia y
tecnología.
Si
colocamos la mirada a la UNJ, esta ha tenido nada menos que 70 millones 944 mil
soles como presupuesto de inversiones al año 2016, de los cuales ha invertido
tan solo 73 mil soles; es decir, el 0.1%. Peor comportamiento viene mostrando
en este año dicha universidad: tiene 40.6 millones de soles y que al momento no
ha invertido ni un sol (0% de avance). Quizá la UNACH se muestre más efectiva
en esto: al 2016, de 26 millones 471 mil, el 30.6% ha sido ejecutado. Esta
misma universidad, al año 2017, al mes de mayo, de 14.98 millones de
presupuesto ya está con un avance del 39.1%.
Conclusión
breve
Hacer
ciencia e innovación amerita esfuerzos de preparación y acción, que conlleva
tiempo y recursos. Invertir en jóvenes investigadores y personal experimentado
en la línea es clave para asegurar avances sostenibles en dicho ámbito. Pero
estos esfuerzos tienen que ser sinérgicos; es decir, trabajar bajo un modelo
triple hélice: universidad, empresa y gobierno; solo así aseguraremos
resultados de largo horizonte, alcance y virtuosos en bien del progreso y
bienestar de nuestra sociedad.
Publicado en Diario Panorama Cajamarquino, el jueves 25 de mayo de 2017